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Reino Unido: Familias, niños y niñas que buscan asilo enfrentan condiciones nefastas

Impactos graves en la salud física y mental y el acceso a la educación

Una mujer y sus tres hijos comparten una única habitación en la vivienda temporaria que el gobierno asigna a las familias que piden asilo, en el este de Londres, mayo de 2022. © 2022 Michael Garcia Bochenek/Human Rights Watch
  • Los niños, niñas y sus familias que buscan asilo en el Reino Unido enfrentan condiciones de vida inadecuadas en las viviendas temporales proporcionadas por el gobierno, lo que afecta su salud, bienestar y educación.
  • Las condiciones pésimas transitorias, que suelen durar un año o más en vez de los 19 días que establece la política, son el resultado de falencias de larga data en las políticas públicas, desperdicio de recursos y recortes de fondos.
  • En vez de desperdiciar recursos dando respuestas deficientes, cortoplacistas y a desgano, el Gobierno del Reino Unido debería reorientar su financiación hacia una asistencia social y habitacional a largo plazo.

(Londre) – Los niños, niñas y sus familias que buscan asilo en el Reino Unido enfrentan cada vez más, condiciones de vida inadecuadas en las viviendas temporales proporcionadas por el gobierno, lo que afecta su salud, su bienestar y su acceso a la educación, señalaron Human Rights Watch y Just Fair en un informe publicado hoy.

El informe de 100 páginas, “‘Me sentí atrapado’: Asistencia social y habitacional inadecuada para las familias que buscan asilo en el Reino Unido”, concluyó que las familias que piden asilo enfrentan condiciones inhumanas en las viviendas temporales, que incluyen moho y plagas de ratas. Las familias experimentan dificultades diarias para conseguir comida y alimentar a sus hijos, así como problemas de salud física y mental, e interrupciones graves en la educación de estos.

“La política gubernamental está perjudicando de manera directa la salud y el bienestar de niños y niñas vulnerables y sus familias que han venido al Reino Unido en busca de seguridad”, expresó Jess McQuail, directora de Just Fair. “En vez de antagonizar a las personas que buscan asilo con quienes ya viven en el Reino Unido, el gobierno debe usar los recursos disponibles para garantizar que se respeten los derechos de todos”.

Las terribles condiciones son el resultado de falencias de larga data en las políticas, que incluyen un sistema de toma de decisiones ineficiente y con recursos escasos, concluyeron las organizaciones. El gobierno ha desperdiciado recursos en sus esfuerzos por enviar solicitantes de asilo a Ruanda y recortar la asistencia legal y otros fondos. Estas decisiones han contribuido a que se acumulara un volumen gigantesco de casos de asilo.

Human Rights Watch y Just Fair entrevistaron a más de 50 personas que solicitaban asilo, incluidos 27 niños y niñas, quienes vivían en viviendas temporales en ciudades y localidades de Inglaterra, o habían abandonado recientemente estas viviendas. Según las orientaciones emitidas por el Ministerio del Interior del Reino Unido (UK Home Office), las personas que buscan asilo no deben pasar más de 19 días en hoteles u otro tipo de alojamiento inicial antes de que se les brinde una vivienda adecuada a más largo plazo. Sin embargo, muchas familias dijeron que habían pasado muchos meses en viviendas temporales, y en algunos casos más de un año.

Si bien todos expresaron su agradecimiento por el apoyo que el Gobierno del Reino Unido presta a los solicitantes de asilo, señalaron que las estancias prolongadas en espacios cerrados, en algunos casos lejos de escuelas, médicos, tiendas y parques, afectaron su salud física y mental.

Los profesionales de la salud han advertido que cada vez más niños y niñas en viviendas temporales sufren desnutrición y otros problemas de salud. Muchos de los padres entrevistados por Human Rights Watch y Just Fair dijeron que sus hijos perdieron peso mientras estuvieron en una vivienda temporal, en algunos casos hasta tal punto que sus médicos manifestaron preocupación por su salud y su desarrollo.

El padre de una familia que estaba en un hotel en Tower Hamlets, en el este de Londres, contó que a su hija de 4 años “le encantan las verduras. Actualmente solo come cosas que sean verdes. Y no es eso lo que nos dan”. Dijo que bajó de peso en forma drástica. “No sabía qué hacer, ahora vamos a dos bancos de alimentos diferentes por semana para conseguir frutas y verduras para ella”.

Algunas familias también señalaron que su salud mental se deterioró mientras estaban en un alojamiento temporal. Los cuatro meses que una mujer de 36 años procedente de Libia y su familia pasaron en una vivienda temporal en Scarborough, en el noreste de Inglaterra, fueron particularmente difíciles para su hijo de 14 años. “Llora constantemente; a veces pasa dos días sin salir de su habitación”, contó.

Otro problema importante es el acceso a educación. Al asignar las viviendas temporales, el Home Office no pareciera tener en cuenta las necesidades educativas de niños y niñas. En algunos casos, los niños tienen que esperar hasta el año escolar siguiente para poder asistir a clases. “Me siento absolutamente desesperado y desconsolado por esto”, afirmó un niño de 17 años procedente de Afganistán que había estado cuatro meses sin asistir a la escuela desde que llegó al Reino Unido.

El enfoque general del Gobierno del Reino Unido con respecto al asilo plantea serias preocupaciones relativas a derechos humanos. En agosto de 2023, el Home Office empezó a utilizar una barcaza en Dorset, llamada Bibby Estocolmo, para alojar a hombres adultos que solicitan asilo, incluso después de que el cuerpo de bomberos advirtiera que existían “graves riesgos de incendio y para la seguridad” que hacían que la embarcación fuera una “trampa mortal en potencia”. Días después, los funcionarios tuvieron que clausurar la estructura tras encontrar bacteria legionela en su sistema de agua.

La secretaria del Interior, Suella Braverman, y otros funcionarios del Reino Unido sostienen que las medidas restrictivas disuadirán a las personas de viajar al país de manera irregular. Pero de hecho, los estudios sobre políticas de migración y asilo en el Reino Unido y en otros lugares han concluido que tales medidas tienen un efecto disuasorio muy bajo.

El Home Office debe cerciorarse de que las familias con menores reciban un alojamiento adecuado a largo plazo en casas o departamentos tan pronto como sea posible, y atenerse así de manera rigurosa a su criterio de 19 días como plazo límite para el traslado desde hoteles u otras viviendas temporales, señalaron las organizaciones.

Los niños y niñas no acompañados deben ser ubicados en una vivienda que permita brindarles el cuidado y la protección a los que tienen derecho. De conformidad con una decisión del Tribunal Superior emitida en julio de 2023, no deben ser ubicados en hoteles de contingencia.

Las barcazas, cuarteles y otros espacios institucionales de gran tamaño comparten las graves deficiencias de los establecimientos que se reutilizan como hoteles y no deben usarse como viviendas para asilo en el Reino Unido, explicaron Human Rights Watch y Just Fair. En cambio, las personas que buscan asilo deberían recibir apoyo para encontrar su propia vivienda en las comunidades que elijan y se les debe permitir trabajar mientras se estén considerando sus casos, que es el enfoque que utilizó el Reino Unido hasta el año 1999.

“Las soluciones habitacionales inhumanas e inadecuadas para las personas que buscan seguridad nunca son aceptables, y menos aún en la sexta economía más grande del mundo”, apuntó Yasmine Ahmed, directora para el Reino Unido de Human Rights Watch. “En vez de desperdiciar recursos de manera imprudente dando respuestas deficientes, cortoplacistas y a desgano, el Gobierno del Reino Unido debería reorientar su financiación hacia una asistencia social y habitacional a largo plazo”.

Casos de estudio
Niño no acompañado de 16 años procedente de Afganistán
Yesal H., oriundo de Afganistán, llegó en noviembre de 2021. Huyó cuando los talibanes tomaron el poder, ya que su padre había trabajado para el gobierno afgano. Ambos fueron separados en Kabul, y Yesal hizo el viaje solo. Cuando llegó tenía 16 años, pero se registró que su edad era de 25 y esto hizo que fuera ubicado en un hotel para adultos en Bournemouth.

Contó que su principal preocupación era que los funcionarios no creyeran su edad y que quería aprender inglés y continuar con sus estudios. “Quiero forjarme un futuro”, dijo. “En un hotel, no se puede tener una vida”. También nos contó que el hotel no facilita el acceso a la escolarización. “En Afganistán completé hasta el octavo grado. Soy un apasionado de la educación, y aprender es lo que más quiero. Estoy tratando de tomar clases de idiomas o inscribirme en la escuela, pero aún no ha pasado nada”.

“He perdido el sueño por completo; estoy constantemente preocupado por mi padre y por dónde estará. Me preocupa cómo ha cambiado mi vida, y cómo seguiré adelante. Me cuesta mucho entender lo que ha sucedido”.

Familia de cinco miembros procedente de El Salvador
Una pareja y sus tres hijos, de 4, 7 y 15 años, abandonaron El Salvador después de ser amenazados por bandas delictivas y buscaron asilo en el Reino Unido. Fueron ubicados en un hotel en Tower Hamlets, en el este de Londres, en septiembre de 2021. La familia de cinco integrantes comparte una habitación asestada con tres camas literas de tres pisos y un solo baño. El padre afirma que este no es un espacio adecuado para una familia y, definitivamente, no lo es para los niños: “Aquí nos sentimos confinados como si fuéramos animales”. Su hijo, de 7 años, le dijo: “Papá, esto es como una cárcel”. Su hija de 15 años, agregó: “No tengo espacio para mí ni tampoco privacidad frente a mi familia. Hago toda mi tarea en mi habitación. Comemos todas las comidas en el piso de la habitación. Estoy harta de vivir así”.

Familia de cinco integrantes procedente de Vietnam
Una pareja y sus tres hijos, de 1, 11 y 17 años, pidieron asilo en marzo de 2021 tras huir de un contexto de persecución política en Vietnam. La familia había estado viviendo en hoteles en Londres por más de dos años. Durante los primeros nueve meses, la hija 17 años tuvo que viajar entre dos y tres horas en autobús hasta la escuela. Estos largos traslados hicieron notar sus efectos, y ya se sentía preocupada por cómo afectaría los resultados en sus exámenes de nivel A. Dijo sobre esto: “Viajar seis horas cada día me está cansando mucho… Llego a casa después del largo viaje y no me quedan energías ni concentración para estudiar. Lo único que quiero es dormir”.

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