El gobierno cubano ha arrestado a decenas de disidentes esta semana, acusándolos de estar involucrados en "actividades conspiratorias" orquestadas por un alto diplomático norteamericano en La Habana. En las pasadas cuarenta y ocho horas, el número de detenciones ha ascendido a más de ochenta, según partidarios de los derechos humanos en Cuba. Muchos temen que los detenidos serán juzgados bajo una ley de 1999 que lleva sentencias de más de veinte años.

"El único crimen cometido por estos prisioneros es el promover ideas que están prohibidas en Cuba", dijo José Miguel Vivanco, director ejecutivo de la División de las Américas de Human Rights Watch.

El gobierno cubano sigue restringiendo prácticamente todas las avenidas de disención política, limitando estrictamente los derechos a la libertad de expresión, asociación, asamblea, movimiento y la de prensa. Al hacer ilegal la diseminación de "propaganda enemiga", el gobierno ha obstaculizado la libertad de expresión bajo el pretexto de proteger la seguridad del estado.

"Estas recientes medidas sólo demuestran que la maquinaria represiva cubana permanece completamente intacta", dijo Vivanco.