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Naciones Unidas: Revisar el “Pacto para el futuro” para priorizar los derechos humanos

Los países deben garantizar la justicia económica y un medio ambiente saludable

United Nations Headquarters building in Manhattan, New York City, on December 21, 2021. © 2021 Sergi Reboredo / VWPics via AP Images

(Nueva York) – Los Estados miembros de la ONU deberían aprovechar las negociaciones sobre el “Pacto para el Futuro” para comprometerse a fortalecer los derechos humanos, entre ellos la defensa de la justicia económica y la protección del derecho a un medio ambiente saludable, afirmó Human Rights Watch.

Se espera que el Pacto de la ONU para el Futuro, actualmente en proceso de negociación, sea aprobado durante la Cumbre del Futuro, una reunión especial de la ONU prevista para septiembre de 2024. Entre los temas a abordar por los 193 Estados miembros de la ONU destacan temas como las reformas de las políticas económicas, la implementación del derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible, así como un énfasis en el papel central que deben tener los derechos humanos en general.

“El Pacto para el Futuro no debe convertirse en otro documento de la ONU que se aprueba para luego ser ignorado”, declaró Louis Charbonneau, director de la ONU en Human Rights Watch. “Los gobiernos deben comprometerse a actuar para acabar con las crecientes desigualdades económicas que niegan sus derechos a miles de millones de personas, así como con la crisis climática, que cada vez cobra más vidas y medios de subsistencia en todo el mundo”.

Si bien muchos gobiernos reconocen la importancia del desarrollo sostenible, a menudo pasan por alto que los derechos humanos son esenciales para alcanzarlo, afirmó Human Rights Watch. También deben abordar el cambio climático y una gestión responsable de las nuevas tecnologías. Y aunque la mayoría de los gobiernos entienden la necesidad de cumplir con el derecho internacional humanitario en situaciones de conflicto, no están de acuerdo sobre cómo responder a las atrocidades cometidas contra civiles en Gaza, Sudán y Ucrania.

Aunque el texto final no será vinculante, el pacto representa una oportunidad crucial para reafirmar una visión de los derechos humanos que podría ayudar a superar algunas de las profundas divisiones entre gobiernos sobre estos y otros temas. Durante el proceso, los Estados deben fortalecer la capacidad del sistema de la ONU para cumplir con la Carta de las Naciones Unidas, protegiendo y promoviendo la paz, la seguridad, el desarrollo y los derechos humanos.

Algunos gobiernos expresaron su descontento con el borrador inicial del pacto, ya que consideraban que daba poca importancia a los derechos humanos, dijeron diplomáticos a Human Rights Watch.

Varios países están buscando fortalecer el enfoque sobre los derechos humanos en el borrador del pacto. No obstante, China, Rusia, Cuba, Irán y otros Estados han intentado debilitar, suavizar o eliminar las referencias a los derechos humanos.

Los gobiernos occidentales también comparten la culpa por haber dado espacio a las críticas hacia un enfoque basado en los derechos humanos, señaló Human Rights Watch. Su aplicación selectiva de estos derechos socava la credibilidad de la agenda, especialmente para los países del Sur Global. Por ejemplo, mientras que Estados Unidos y otros países occidentales condenan acertadamente las atrocidades de Rusia en Ucrania, muchos de ellos no han mostrado la misma firmeza respecto a las atrocidades de Israel en Gaza. A su vez, la Unión Europea afirma defender los derechos humanos a nivel global, pero se opone a los esfuerzos de la ONU por crear un sistema fiscal internacional más equitativo para los países en desarrollo.

Las declaraciones de apoyo a los derechos humanos de todos los gobiernos serían más impactantes si los aplicaran de manera coherente, tanto en sus propios países como con sus aliados y amigos, señaló Human Rights Watch.

En lugar de desestimar las opiniones de los países del Sur Global sobre las reformas financieras internacionales, los Estados del Norte Global deberían apoyar los cambios necesarios en la arquitectura financiera internacional. Esto incluye alinear las políticas y prácticas de las instituciones financieras internacionales con los derechos humanos, apoyar los esfuerzos para alcanzar un tratado fiscal mundial, combatir los flujos financieros ilícitos y reducir la carga de la deuda para los gobiernos.

El concepto de una “economía de los derechos humanos”, defendido por el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, ofrece la posibilidad de satisfacer las demandas legítimas de los países del Sur Global a través de un enfoque más integral de los derechos humanos.

Los gobiernos deben asegurarse de que el pacto reafirma la importancia de los derechos humanos para abordar la crisis climática. Deben respaldar explícitamente el derecho a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible, reconocido por la Asamblea General de la ONU en 2022, mientras subrayan la necesidad urgente de eliminar progresivamente los combustibles fósiles a través de una transición justa que sea coherente con los derechos humanos. Los combustibles fósiles son el principal motor de la crisis climática, y todas las etapas de su uso se han relacionado con graves daños a los derechos humanos.

El pacto también debe destacar la importancia de la sociedad civil y los derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión pacífica. La próxima Conferencia de la Sociedad Civil de la ONU, que se celebrará en Nairobi, Kenia, los días 9 y 10 de mayo, es una oportunidad para que los líderes de la ONU y las delegaciones a cargo del proceso de redacción escuchen a cientos de representantes de la sociedad civil de todo el mundo. Los redactores deben prestar atención a las prioridades de la sociedad civil para el Pacto para el Futuro y sus dos anexos: el Pacto Digital Mundial, que contiene “principios compartidos para un futuro digital abierto, libre y seguro para todos”, y la Declaración sobre las Generaciones Futuras. Hasta ahora, la participación de las organizaciones de la sociedad civil en el proceso de redacción ha sido irregular.

“En lugar de quedarse de brazos cruzados mientras los gobiernos pisotean los derechos humanos o condenar selectivamente las violaciones de sus adversarios ignorando las de sus aliados, los Estados miembros de la ONU deben comprometerse a poner fin a la represión donde sea que ocurra y mejorar la vida de todas las personas”, afirmó Charbonneau.

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