Diversos grupos armados han secuestrado a cientos de personas, entre ellas 287 estudiantes, a lo largo y ancho del norte de Nigeria en una serie de ataques alarmantes cometidos desde finales de febrero. Los secuestros son el último indicio de la creciente crisis de seguridad en Nigeria, donde las comunidades siguen sufriendo graves amenazas por parte de insurgentes islamistas como Boko Haram en el noreste del país y otros grupos delictivos en el noroeste.
El 29 de febrero, presuntos insurgentes de Boko Haram secuestraron a más de 200 desplazados internos, muchos de ellos niños, en el área de gobierno local de Ngala, en el estado de Borno.
Después, el 7 de marzo, bandas criminales conocidas como "bandidos" secuestraron a 287 estudiantes, entre ellos muchas niñas, en la escuela secundaria pública de la ciudad de Kuriga, en el noroeste del estado de Kaduna. Dos días después, unos bandidos irrumpieron en un internado de la aldea de Gidan Bakuso, en el estado de Sokoto, y secuestraron a 15 niños mientras dormían.
Los secuestros han continuado. Más recientemente, el 18 de marzo, se informó del secuestro de más de 87 personas en la comunidad de Kajuru, en el estado de Kaduna.
Los secuestros masivos por parte de insurgentes y otros grupos criminales han sido un problema en todas las regiones septentrionales del país desde que Boko Haram secuestró a 276 escolares de Chibok en 2014, una atrocidad que acaparó una amplia atención internacional.
Las fuerzas de seguridad del gobierno han declarado que están trabajando para conseguir la liberación segura de las víctimas, pero tienen dificultades para llegar a las remotas zonas boscosas donde están retenidas.
Los bandidos han exigido mil millones de nairas (unos 600.000 dólares estadounidenses) por el rescate de los estudiantes secuestrados en Kaduna, pero el presidente nigeriano, Bola Ahmed Tinubu, ha ordenado que no se pague rescate alguno.
Las autoridades nigerianas deben intentar liberar sanos y salvos a los secuestrados, poner en marcha medidas adecuadas para evitar más secuestros, especialmente de estudiantes vulnerables, y exigir responsabilidades a los autores.