(Washington, DC) – Honduras debe llevar a cabo una revisión urgente de su sistema penitenciario para poner fin a la sobrepoblación y mejorar las deficientes condiciones carcelarias, señaló hoy Human Rights Watch.
El 14 de febrero de 2012, más de 300 internos murieron y varias decenas resultaron heridos a causa de un incendio que se desató en la Granja Penal de Comayagua, según medios de comunicación locales. Las autoridades afirmaron que el incendio podría haber sido provocado por un motín o un cortocircuito.
“La trágica muerte de cientos de internos, en uno de los peores episodios de este tipo en la región, es en definitiva el resultado del hacinamiento y de terribles condiciones carcelarias, dos problemas que existen en Honduras desde hace mucho tiempo”, expresó José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch. “Dado que Honduras tiene uno de los índices de homicidios más elevados del mundo, las autoridades han enviado a personas condenadas y a presuntos delincuentes a las prisiones, sin adoptar medidas para mejorar las condiciones en que se encuentran detenidos”.
Según la prensa local, las 24 cárceles del país, que en total tienen capacidad para 8.000 personas, albergan actualmente a 13.000 presos. Organizaciones de derechos humanos hondureñas han señalado que los presos en Honduras viven hacinados y en pésimas condiciones, que incluyen nutrición e higiene inadecuadas.