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Rusia — Investigar la violencia sexual cometida por las tropas en Chechenia
(Nueva York, 10 de abril de 2002) — Las tropas rusas han violado y atacado sexualmente a mujeres durante operaciones invernales en Chechenia, denunció hoy Human Rights Watch.

[N]o ha llevado a nadie ante la justicia por estos terribles crímenes de violencia sexual

Elizabeth Andersen, directora ejecutiva de la División de Europa y Asia Central de Human Rights Watch




Cinco mujeres han informado a los investigadores de Human Rights Watch de los incidentes de violencia sexual que sufrieron a principios de este año. Tres de las mujeres intentaron denunciar los ataques a las autoridades locales quienes se negaron a investigar las denuncias.  
 
Durante las llamadas operaciones de "rastreo", en las que las tropas rusas realizan registros casa por casa en busca de los que consideran involucrados en las actividades de los rebeldes chechenios, los varones de las familias suelen escapar de sus hogares y refugiarse en lugares más seguros para reducir el riesgo de ser detenidos arbitrariamente, torturados o desaparecidos. Sin embargo, sin hombres en casa, las mujeres se vuelven más vulnerables a las intenciones sexuales de los soldados.  
 
Las barreras culturales para la denuncia de la violencia sexual son considerables en Chechenia.  
 
"El gobierno ruso le está diciendo al mundo que la vida ha vuelto a la normalidad en Chechenia", dijo Elizabeth Andersen, directora ejecutiva de la División de Europa y Asia Central de Human Rights Watch. "Pero no ha llevado a nadie ante la justicia por estos terribles crímenes de violencia sexual".  
 
Andersen instó a la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, que se reúne ahora en Ginebra, a que adopte una resolución condenando los abusos cometidos por Rusia en Chechenia. En los últimos dos años, la Comisión ha adoptado resoluciones enérgicas sobre el conflicto chechenio, condenando las violaciones a los derechos humanos y el derecho internacional humanitario, y pidiendo a Rusia que establezca una comisión nacional para investigar y llevar a los responsables ante la justicia. El gobierno ruso ha rechazado ambas resoluciones.  
 
"Aset Asimova" (que no es el verdadero nombre de la mujer), una viuda de 43 años, dijo a Human Rights Watch que se encontraba en casa con su hijo de ocho años cuando soldados borrachos se presentaron a principios de febrero. Tres de ellos se la llevaron a otra habitación mientras otros saqueaban la casa. "Me arrancaron el vestido. Me preguntaron dónde estaban los hombres, me preguntaron cuánto tiempo llevaba sin marido". Los soldados le dijeron entonces que se desnudara y cuando se resistió, la golpearon con las culatas de sus rifles y la violaron. "No sé cuántos de ellos me violaron. Perdí la conciencia cuando estaba pasando. Cuando recobré la conciencia, me estaba echando agua… y se fueron".  
 
"Asimova" no denunció la violación a las autoridades. Los investigadores de Human Rights Watch han descubierto que muchas mujeres se muestran reticentes a denunciar los crímenes de ataque sexual por temor al estigma y las represalias. Lo primero que hizo "Asimova" cuando se fueron los soldados fue ocultar lo que había pasado para que su hijo no supiera de la violación. "Me unté la sangre en la nariz y la boca, como si me hubieran golpeado ahí y por eso lo hice. Limpié todo, escondí el vestido y me puse uno limpio".  
 
Otras mujeres intentaron denunciar los ataques sexuales y las autoridades locales se lo impidieron. Durante una operación de rastreo del 29 de enero, los soldados atacaron sexualmente a "Madina Magomedova" (que no es su verdadero nombre) y a sus hermanas en casa de sus padres. Los soldados habían llegado a su casa anteriormente ese día y sospechaba que regresarían porque sabían que no había hombres en la casa.  
 
"Querían tocarme, dijeron que tenía bonitos labios y que me besarían", dijo a Human Rights Watch. "Sabía lo que querían hacer y empecé a resistirme. Uno de los soldados dijo: 'espera puta a que te joda'". "Magomedova" dijo a Human Rights Watch que no la habían violado, pero que los soldados la habían golpeado con dureza cuando se resistió; necesitó tres días de reposo en cama para recuperarse.  
 
Los soldados amenazaron a las hermanas de "Magomedova" en su presencia, y también intentaron obligar a una de ellas a que practicara el sexo oral. "Querían detener a mi hermana mayor porque solo tiene un certificado de registro temporal, no un pasaporte interno. Uno de ellos preguntó si estaba casada y cuando dijo que estaba divorciada, le preguntaron si 'había dado una mamada antes'. Dijeron que 'solo tenía que tener el pene en su boca cinco minutos', y 'que sería bueno para los dos'". "Magomedova" interpuso una querella criminal ante la fiscalía por ataque sexual, a pesar de los avisos en contra de ello por parte de los soldados y de un fiscal local que le recomendó que no siguiera con el caso. Finalmente huyó a otra ciudad por temor a las represalias.  
 
En otro caso, dos hermanas detenidas a principios de marzo fueron víctimas de asalto sexual durante la detención. Los familiares las convencieron de que denunciaran los malos tratos a las autoridades estatales. "Luiza Larsanova" (que no es el verdadero nombre de la mujer), una mujer de 27 años, fue detenida el 4 de marzo de 2002 y retenida en dos lugares antes de que la pusieran en libertad esa misma tarde. Los soldados amenazaron a "Larsanova" con violarla para extraerle información sobre combatientes chechenios.  
 
Dijo a Human Rights Watch que: "En primer lugar me golpearon, y eso fue duro. Pero en segundo lugar, dijeron que me iban a violar. Eso fue peor. Estaba sentada en una silla y uno de ellos me agarró por detrás y empezó a acariciarme, como para calmarme, pero era realmente aterrador, decía 'oh, eres tan dulce, tan pequeña'. Llevaba ropa interior larga de lana debajo de la falda y me dijo que me la quitara junto con la falda. Estaba llorando y dije que no tenía nada que decirles y que me dejaran en paz, estaba prácticamente de rodillas, suplicándoles que no me tocaran".  
 
"Larsanova" dijo a Human Rights Watch que, aunque los soldados toquetearon sus pechos y la acariciaron, no la violaron.  
 
La hermana de 21 años de "Larsanova", "Tsatsita Timurova" (no su verdadero nombre), detenida el día anterior, dijo también a Human Rights Watch que la golpearon, toquetearon y amenazaron, pero no la violaron. Los soldados que liberaron a las hermanas les advirtieron que no denunciaran el tratamiento. "Larsanova" se dirigió a agentes de la policía local que conocía personalmente quienes le aconsejaron que no siguiera adelante. "Cuando intenté contarles lo que había pasado, dijeron que tenía que decir dónde estuve detenida y quién me había detenido", dijo a Human Rights Watch. "Larsanova" tuvo la cabeza tapada cuando la detuvieron y transportaron, al igual que muchos detenidos en Chechenia, y no pudo aportar dichos detalles. Por su parte, "Timurova" fue rechazada cuando fue a denunciar los hechos a la comisaría de policía local.  
 
Estas no son las primeras denuncias de violaciones y violencia sexual por parte de las tropas rusas que han surgido en Chechenia. En enero de 2002, Human Rights Watch entregó un memorando documentando otros casos de violaciones y asalto sexual en Chechenia al
Comité de la ONU para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW). En una declaración pública, el Comité manifestó estar seriamente preocupado por el hecho de la Federación Rusa no hubiera realizado investigaciones adecuadas ni pedido cuentas a los responsables en la gran mayoría de los casos, en vista de las pruebas considerables de que los miembros de las tropas rusas habían cometido violaciones y otros actos de violencia sexual contra mujeres durante el conflicto armado en Chechenia. El 28 de marzo de 2002, Human Rights Watch también envió cartas de apoyo al llamamiento del Comité de la ONU para que se pidiera cuentas por estos crímenes a los representantes de la Duma estatal rusa en el Grupo de Trabajo sobre Chechenia del Consejo de Europa.  
 

VERSIÓN SÓLO TEXTO
NO IGNOREN LOS ABUSOS DE RUSIA EN CHECHENIA (2 de abril de 2002)
ABUSO E ILEGALIDAD CONTINÚAN EN CHECHENIA (28 de febrero de 2002)
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