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(Washington DC)- El gobierno chino está reubicando por la fuerza a pastores tibetanos en áreas urbanas y agrícolas, destruyendo su sustento y modo de vida y negándoles acceso a la justicia ante la violación de sus derechos, señaló Human Rights Watch en un informe hecho público hoy.

Desde 2000, la campaña del gobierno chino de trasladar a pastores tibetanos a áreas urbanas ha puesto en peligro el estilo de vida y el sustento de decenas, si no cientos, de miles de personas, que han sido reasentadas en el oeste de China. Se ha obligado a muchos pastores a sacrificar su modo de vida y trasladarse a colonias de viviendas sin su consentimiento ni compensación.

En el informe de 79 páginas, “No One Has the Liberty to Refuse: Tibetan Herders Forcibly Relocated in Gansu, Qinghai, Sichuan and the Tibet Autonomous Region” (Nadie es libre de negarse: Pastores tibetanos forzosamente reubicados en Gansu, Qinghai, Sicuani y la Región Autónoma del Tibet), documenta cómo la política oficial de reasentamientos forzosos ha violado los derechos económicos y sociales de los pastores tibetanos. Este informe se basa en entrevistas realizadas entre julio del 2004 y diciembre del 2006 a más de 150 tibetanos de las zonas directamente afectadas.

Algunas autoridades chinas afirman que la urbanización forzosa de los pastores tibetanos es una forma ilustrada de modernización, señaló Brad Adams, director de Asia para Human Rights Watch. “Pero esas mismas autoridades no se molestaron en saber qué quieren los tibetanos y han aplicado mano dura contra aquellos que se han quejado”, agregó.

El gobierno chino explica que las reubicaciones forzosas son una medida necesaria para proteger el medio ambiente y “desarrollar,” “civilizar” y “modernizar” tanto a esas zonas como a la gente que vive en ellas. Algunos funcionarios chinos han promovido la concentración de pastores en áreas urbanas con el fin de mejorar su acceso a los servicios sociales y médicos, así como para estimular el crecimiento de las economías urbanas en las zonas occidentales más pobres de China. Pero se puede decir que otros tienen motivos menos nobles como querer suprimir la cultura tibetana y asimilar a los tibetanos por la fuerza a la sociedad china.

El informe muestra cómo los pastores tibetanos forzosamente reasentados en áreas urbanas a menudo no pueden obtener más que trabajos temporales o de baja categoría, en parte por su falta de conocimiento del chino o la ausencia de capital para montar pequeños negocios. Algunos pastores tibetanos han sido reasentados en tierras de cultivo, a pesar de que tienen muy poca o ninguna experiencia en agricultura.

Está claro que el Gobierno se enfrenta a graves problemas medioambientales en el oeste de China y que la pobreza continúa siendo significativamente más alta en esta región. Pero las causas de estos problemas y la validez de las medidas oficiales que se han adoptado para abordarlo siguen siendo altamente cuestionables, como el entusiasmo gubernamental por proyectos de desarrollo de infraestructura de gran escala en áreas supuestamente necesitadas de protección medioambiental.

Un estudio hecho por académicos chinos en 2006 concluye: “Si no podemos encontrar un método efectivo para resolver estos problemas, entonces las controversias sobre los pastos derivadas del empeoramiento del medioambiente pueden multiplicarse y podrían influir profundamente en la estabilidad social y política de Qinghai e incluso de todas las regiones nororientales”.

“Varios estudios chinos reconocen que la pérdida de los derechos a la tierra ha perjudicado los intereses de los pastores tibetanos, sin embargo esta política persiste”, señaló Adams. “Estos estudios también señalan cómo esta política está incrementando la probabilidad de un conflicto social en el oeste de China”, agregó

Human Rights Watch instó al gobierno chino a imponer una moratoria sobre todos los reasentamientos hasta que se establezca un mecanismo efectivo que supervise la política de reasentamiento y analice su impacto negativo sobre los derechos de los pastores. El gobierno debe también adoptar todas las medidas necesarias, incluyendo la posibilidad de regresar al modo de vida pastoril, para asegurar la oferta de alternativas adecuadas para aquellos que hayan sido reasentados y ya no logren sostenerse a sí mismos. En los casos en los que la consulta y la compensación hayan sido inadecuadas, las autoridades locales deben ofrecer a los pastores la oportunidad de regresar y reubicarse en una zona cercana o similar a la zona de la que los trasladaron, y dar una compensación adecuada como estipula la nueva legislación china.

“Los funcionarios chinos alegan estar promoviendo el desarrollo económico y protegiendo el medioambiente, pero es difícil ver que se estén alcanzando realmente estos objetivos ni beneficiando a los pastores”, señaló Adams. “Si el Gobierno chino no reevalúa esta política, sus justificaciones tienen que ponerse en entredicho”, agregó.

Testimonios seleccionados de los tibetanos entrevistados para el informe:

“Están destruyendo nuestras comunidades tibetanas [pastoriles] al no dejarnos vivir en nuestra región y eliminar en consecuencia por completo nuestro sustento, haciendo difícil para nosotros sobrevivir en este mundo, tal como lo [los pastores] hemos hecho durante generaciones. Los chinos no nos dejan practicar nuestro oficio y nos están forzando a vivir en ciudades construidas al estilo chino, lo que nos deja sin sustento y no podremos hacer ningún otro trabajo, así que acabaremos seguramente mendigando”.
—F.R., tibetano de Machen (Maqin), provincia de Qinghai, noviembre de 2004

“La tierra apta para bosques debería plantarse con árboles y la tierra apta para pastos debería ser plantada con hierba y la política de abandono de la agricultura en beneficio de los bosques y de la cría de animales en beneficio de los pastos debería continuarse diligentemente y desarrollarse. El modo de vida tradicional de los pastores debería sustituirse por una economía de mercado y aceptarse la prosperidad”.
— F.H., de la comarca de Pema (Banma), prefectura de Golok, describiendo la política china en su distrito de origen, enero de 2006

“Dado que no hay chinos viviendo en zonas pastoriles remotas del Tibet, mucha de nuestra gente cree que el objetivo de la política de llevar a los pastores tibetanos a ciudades es controlar estas zonas y luego, cuando la generación más anciana desaparezca, seremos asimilados gradualmente en las ciudades…”
—A.M, de la comarca de Machen, provincia de Qinghai, septiembre de 2005

“No se han construido nuevas casas, sólo han puesto puertas y ventanas nuevas en las antiguas cárceles. El gobierno hizo mucha publicidad diciendo que llevarían la electricidad y el agua, pero los que han sido trasladados dicen que no se ha hecho. El Gobierno habla de ofrecer finalmente un subsidio para alimentos, pero hasta ahora no han recibido nada…”
—Z.R., de la comarca de Chabcha, provincia de Qinghai, enero de 2005

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