(Bangkok) - El nuevo Gobierno tailandés debe convertir en una prioridad el respeto a los derechos humanos, y dejar esta meta clara en su discurso de toma de poseción ante el Parlamento, Human Rights Watch señaló en una carta dirigida a la primer ministra, Yingluck Shinawatra, el 15 de agosto de 2011. Se espera que Yingluck emita su discurso inaugural ante el Parlamento el 24 de agosto de 2011.
El nuevo gobierno ha abordado de manera general la necesidad iniciar un proceso de reconciliación después de la violencia política del año pasado, pero aún no ha anunciado planes concretos para revertir la deteriorada situación de los derechos humanos en el país, dijo Human Rights Watch.
"El gobierno de Yingluck puede iniciar con el pie derecho al demostrar un compromiso firme para poner fin a los problemas generalizados de derechos humanos en Tailandia", dijo Brad Adams, director para Asia de Human Rights Watch. "El discurso sobre reconciliación después de la violencia del año pasado seguirá siendo sólo un discurso a menos que los responsables de la violencia sean llevados ante la justicia".
El nuevo Gobierno de Tailandia necesita hacer frente a una amplia gama de cuestiones de derechos humanos, empezando por la pérdida de vidas y la destrucción de bienes durante la agitación política de 2010, señaló Human Rights Watch. Además, desde el año 2001, muy pocas personas han rendido cuentas por los asesinatos de más de 20 defensores de derechos humanos y activistas de la comunidad, miles de víctimas del conflicto armado en las provincias fronterizas del sur, y casi 3,000 sospechosos de vender drogas durante la "guerra contra las drogas” de 2003.
"En los últimos años, la interferencia ilegal del gobierno con los medios de comunicación se ha incrementado, incluso mediante el cierre obligatorio de estaciones de radio y sitios web. Asimismo, se han impuestos duros castigos contra personas que expresan opiniones disidentes, por ejemplo por Internet, y contra aquellas procesados bajo cargos de lesa majeste (insultos a la monarquía".
El nuevo gobierno debe cambiar las prácticas actuales respecto a los derechos de los refugiados, solicitantes de asilo y trabajadores migrantes. El Gobierno tailandés todavía tiene que investigar los "regresos" al mar de barcos con solicitantes de asilo de origen rohingya, y la devolución forzada de miembros de minorías étnicas que escapaban de las hostilidades del año pasado en Birmania. A lo largo del país, la policía y otras fuerzas del orden siguen violando con impunidad los derechos básicos de los trabajadores migrantes.
Human Rights Watch instó también al gobierno de Yingluck a promover el respeto a los derechos humanos en la política exterior, particularmente en sus relaciones con Birmania, su país vecino. Tailandia debe tomar una posición proactiva al exigir la rendición de cuentas por graves violaciones a los derechos humanos en Birmania apoyando públicamente la creación de una comisión internacional de investigación para este país.
Human Rights Watch instó al gobierno de Yingluck a tomar rápidamente las siguientes medidas:
- Ordenar públicamente a las fuerzas militares, policiales y otras agencias gubernamentales que cooperen plenamente con las investigaciones oficiales sobre violaciones a los derechos humanos.
- Aprobar una resolución para proporcionar a la Comisión de la Verdad y la Reconciliación en Tailandia el poder de citación necesario y los recursos suficientes que le permitan actuar de manera independiente y eficaz en la investigación de la violencia y los enfrentamientos políticos del año pasado.
- Evaluar la situación de los detenidos en relación con las protestas del Frente Unido para la Democracia contra la Dictadura, conocido como los "camisas rojas", y los insurgentes de las provincias fronterizas del sur para asegurar que sean debidamente tratados de conformidad con el debido proceso legal y las normas de derechos humanos, lo que incluye permitirles la libertar bajo fianza previa al juicio.
- Poner fin a todas las restricciones a los medios de comunicación que violan el derecho a la libertad de expresión, y anunciar un plan concreto para revocar leyes de emergencia como el Decreto de la Administración Pública en Situaciones de Emergencia, la Ley de Delitos Informáticos, y las leyes sobre lesa majeste.
"El nuevo Gobierno de Tailandia tiene la oportunidad de revertir la crisis de derechos humanos en el país y ser un ejemplo para otros países en la región", dijo Adams. "La primer ministra Yingluck puede demostrar que su gobierno es verdaderamente reformista mediante la inclusión de un plan claro para hacer frente a cuestiones de derechos humanos en su discurso de toma de posesión".