Cuanto más fracasan las políticas de la UE contra los refugiados, más apoyo parecen tener por parte de los principales políticos europeos.
No se trata sólo de que la UE y sus Estados miembros se han sumido en la completa bancarrota moral de unas políticas abusivas que van en contra de los principios fundamentales de la UE de respeto de los derechos humanos. Es también que está claro que no funcionan.
Toda la estrategia se ha basado en la idea de que ser "duros" (es decir, desagradables) con los solicitantes de asilo y los inmigrantes en las fronteras impedirá que la gente intente llegar a la UE.
Los responsables de la UE han recortado la búsqueda y rescate en el mar, dejando que la gente se ahogue en masa. Permiten que la gente sea golpeada y asaltada en las fronteras terrestres. Ayudan a devolver personas a Libia, donde saben que probablemente serán torturadas. Entregan dinero en efectivo a autoritarios que abandonan a los migrantes en el desierto para que mueran.
Y, sin embargo, estas políticas abusivas de "mano dura" no funcionan como desean los políticos de la UE. La gente sigue llegando.
¿Aprenden algo los políticos de sus evidentes fracasos?
¿Empiezan a entender que algunas personas están tan desesperadas por escapar de guerras, dictaduras y una pobreza mortal, que correrán enormes riesgos para salvarse a sí mismas y a sus familias? ¿Que la gente se arriesgará en un barco oxidado en el mar Mediterráneo o caminará interminablemente por los bosques bosnios con la esperanza de encontrar libertad y seguridad al otro lado de la frontera en la UE?
No. Los políticos parecen no aprender nada.
En lugar de enfrentarse a la realidad y crear políticas sensatas acordes con los valores fundacionales de la UE , los responsables políticos se limitan a redoblar, triplicar y cuadruplicar la apuesta, año tras año.
Lo más extraño de todo, quizá, es que los principales políticos admiten básicamente que sus políticas no funcionan cada vez que piden más medidas "duras", como hizo el otro día la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Por supuesto, también es una repugnante política de búsqueda de chivos expiatorios, pero también es una aceptación de los fracasos anteriores.
El reciclaje de desechos políticos enmohecidos parece no tener fin.
La Presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von Der Leyen, visitó la isla italiana de Lampedusa el fin de semana y presentó un "plan de 10 puntos" que provoca risa irónica, con el mismo tipo de políticas que la UE lleva años reempaquetando. Son abusivas y su ineficacia está garantizada, como las demás.
Esta dedicación al fracaso, esta incapacidad para pensar con claridad, esta falta total de ideas nuevas sobre la migración, está a nivel de crisis.
Y es una crisis, porque el delirio torpe de los políticos sería cómicamente absurdo si no fuera por el hecho de que miles de personas están siendo heridas -incluso torturadas y asesinadas- por ello.
La política de dolor y castigo no ha funcionado. La UE ha abandonado sus valores a cambio de nada.
Es hora de que Europa rompa con sus repetidos fracasos en materia de asilo y migración. Un enfoque racional, humano y basado en los derechos es posible y está demostrado.
¡Estás en un agujero, Europa! Deja de cavar.