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Nueva oleada de asesinatos de Estado en Irán

Boletín informativo, 21 de agosto de 2024

Sombras de un policía iraní y una soga se observan en el suelo previo a una ejecución en Teherán, Irán. © 2005 Reuters

En los últimos días, Irán registra una oleada masiva de ejecuciones.

Ya hemos destacado este asunto en el boletín informativo, pero las últimas cifras de asesinatos premeditados por el Estado son asombrosas.

En el mes posterior a las elecciones presidenciales de junio, las autoridades mataron a 87 personas, según la ONG Iran Human Rights. Poco después, el Estado asesinó a 29 personas en ejecuciones masivas en un solo día, el 7 de agosto.

Mientras tanto, las autoridades iraníes celebran las recientes elecciones como prueba de un verdadero cambio. La pregunta es, de asesinatos del Estado a más asesinatos del Estado: ¿dónde está exactamente el cambio?

Entre las personas ejecutadas por las autoridades había condenadas por “asesinato premeditado” -es decir, lo que hacen las propias autoridades-, así como por otros delitos violentos y cargos relacionados con drogas. Sin embargo, siempre hay dudas sobre las condenas en los tribunales iraníes, dadas las graves violaciones de las garantías procesales y los juicios injustos.

Y luego están los ejecutados por cosas que ni siquiera deberían ser ilegales, como participar en manifestaciones pacíficas. La gente tiene derechos fundamentales a la libertad de expresión y de reunión pacífica, pero en Irán las autoridades asesinan a personas por ejercer estos derechos.

La pena de muerte es un atentado contra la dignidad humana, es singularmente cruel en su finalidad e inevitablemente está marcada por la discriminación, la arbitrariedad y el error. Esto es cierto tanto si hablamos de Irán -responsable del 74 por ciento de todas las ejecuciones registradas en el mundo el año pasado- como de cualquier otro país donde se utilice, como Estados Unidos, China, Afganistán, Irak y Bielorrusia.

Ningún gobierno debería cometer asesinatos premeditados contra sus ciudadanos. Ningún gobierno debería tener ese poder.

Y si la intención de las autoridades iraníes es utilizar la pena de muerte para intimidar a las personas y que guarde silencio, no parece que esté funcionando. La resistencia continúa, incluso dentro de las cárceles.

Las reclusas del pabellón de mujeres de la prisión de Evin llevan meses participando en protestas contra la pena de muerte. El 6 de agosto celebraron nuevas manifestaciones, tras la ejecución de Reza (Gholamreza) Rasaei en otra prisión. Era un hombre kurdo detenido durante las protestas nacionales de 2022 “Mujeres, vida, libertad”.

Los guardias de la prisión respondieron agrediendo a las mujeres que protestaban, hiriendo a muchas, entre ellas a Narges Mohammadi, galardonada con el Premio Nobel de la Paz.

La brutalidad asesina de las autoridades iraníes continúa, pero no está acabando con el espíritu humano. La población iraní sigue insistiendo valientemente en la decencia humana.

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