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La Guardia Nacional de Texas dispara proyectiles de gas pimienta a migrantes

La legislatura estatal debe imponer supervisión y rechazar la solicitud de fondos adicionales

Un soldado de la Guardia Nacional monta guardia a orillas del Río Grande en Shelby Park, Eagle Pass, Texas, el 12 de enero de 2024. © 2024 Brandon Bell/Getty Images © 2024 Brandon Bell/Getty Images

(Austin, TX) – La Guardia Nacional de Texas ha disparado repetidamente proyectiles de gas pimienta contra personas migrantes que llegan al estado, señaló hoy Human Rights Watch. Por ello, la organización insta a la legislatura de Texas a rechazar cualquier incremento en los fondos asignados al Departamento Militar de Texas, responsable de supervisar a la Guardia Nacional de Texas, hasta que esta práctica sea eliminada.

En varios incidentes, incluido uno recientemente documentado por Human Rights Watch, integrantes de la Guardia Nacional de Texas dispararon estos proyectiles –bolas cargadas con irritantes de pimienta lanzadas con una pistola especial— contra migrantes que no representaban ninguna amenaza, entre ellos mujeres, niños y niñas. Este despliegue forma parte de la Operación Lone Star (Estrella Solitaria), el cuestionado programa de control fronterizo de Texas, que hasta la fecha ha costado más de 11.000 millones de dólares.

“En varios incidentes separados, testigos vieron este verano, a miembros de la Guardia disparar gas pimienta contra migrantes que no suponían un riesgo para nadie, ni para los propios guardias”, señaló Bob Libal, consultor sobre temas relacionados a Texas en Human Rights Watch. “La legislatura de Texas debe actuar y reforzar la supervisión sobre el Departamento Militar del estado y suspender cualquier aumento en su financiación hasta que cesen estos abusos”.

El general adjunto del Departamento Militar de Texas, Thomas Suelzer, declaró el 11 de junio de 2024 ante el Comité Senatorial de Seguridad Fronteriza que “el uso de la fuerza está permitido para la defensa propia o de otros, pero debe ser el mínimo necesario y proporcional a la situación”. También afirmó que los soldados están entrenados para no disparar directamente a las personas. “Les enseñamos a no apuntar al individuo”.

Sin embargo, el 7 de septiembre, tres testigos entrevistados por Human Rights Watch afirmaron haber visto a un miembro de la Guardia disparar en cuatro o cinco ocasiones contra un migrante que había cruzado al lado estadounidense del río Grande, cerca de Shelby Park, en Eagle Pass, Texas. Los testigos indicaron que la persona estaba cerca de la alambrada en el territorio estadounidense y no hacía nada que pudiera interpretarse como amenazante.

Según los testigos, los proyectiles impactaron directamente al migrante, quien cayó al suelo y no se levantó, sin recibir asistencia de los soldados cercanos. Los testigos, que observaban desde un parque en Piedras Negras (México), pidieron a personas en el territorio de Estados Unidos que llamaran al 911, ya que desde México no es posible contactar directamente con los servicios de emergencia estadounidenses.

Josie Rodríguez, residente de Eagle Pass, fue una de las personas que presenciaron el incidente mientras estaba en Piedras Negras. “Vi a un guardia nacional en el barco apuntar con su arma al hombre y luego dispararle con gas pimienta”, relató. “Le disparó varias veces. Vi cómo salía el humo y el hombre cayó sin volver a levantarse. Estaba claro que le apuntaban directamente a él, no alrededor ni a sus pies. Fue una escena muy perturbadora”.

En otro incidente, el 5 de agosto, un grupo de inmigrantes, entre ellos niños, denunció que les dispararon proyectiles que les provocaron quemaduras en los ojos. Según un medio de comunicación local, la Patrulla Fronteriza negó su participación en el incidente y afirmó que la Guardia Nacional estaba a cargo de la zona donde ocurrió el suceso.

Según el derecho internacional de los derechos humanos, las fuerzas del orden solo pueden utilizar la fuerza –incluyendo armas menos letales, como los proyectiles de gas pimienta— cuando sea estrictamente necesario y proporcional a un objetivo legítimo. La ONU recomienda que los irritantes químicos se utilicen únicamente en caso de “riesgo inminente de lesión”.

Human Rights Watch contactó al Departamento Militar de Texas el 19 de septiembre para solicitar información sobre el uso de proyectiles de gas pimienta, como el número de veces que se han empleado, el número de personas heridas y las políticas que regulan su utilización. El Departamento Militar respondió el 24 de septiembre indicando cómo presentar una solicitud de acceso a registros públicos.

En junio, Human Rights Watch envió una carta a la división de derechos civiles del Departamento de Justicia de EE.UU. expresando su preocupación por los reportes que indicaban que miembros de la Guardia Nacional dispararon proyectiles de gas pimienta contra migrantes y periodistas, que causaron lesiones y contusiones, especialmente durante las mañanas del 28 y 30 de mayo. Además, se mencionó que varios migrantes podrían haber sido agredidos físicamente, incluyendo un caso en el que un migrante fue golpeado hasta la muerte en El Paso, Texas, el 17 de mayo. Hasta la fecha, el Departamento de Justicia no ha respondido.

En junio, un funcionario no identificado del Departamento Militar de Texas declaró en USA Today que los soldados de la Guardia Nacional de Texas habían sido entrenados para disparar estos proyectiles con el objetivo de saturar el área y disuadir a los migrantes de acercarse a la frontera. El funcionario comparó caminar sobre los proyectiles de pimienta con “atravesar un arbusto de jalapeños”.

La Junta Legislativa de Presupuestos de Texas se reunirá el 25 de septiembre en Austin para evaluar la solicitud del Departamento Militar de aumentar el presupuesto de 2.542 millones de dólares del bienio 2023-2024 a 2.546 millones de dólares para el periodo 2025-2026.

A principios de septiembre, la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA, por sus siglas en inglés) documentó denuncias de abusos cometidos por fuerzas de seguridad y la Guardia Nacional en el marco de la Operación Lone Star, incluyendo el uso de proyectiles de impacto cinético (comúnmente denominados balas de goma) y gas pimienta, así como agresiones físicas y empujones de personas contra alambradas de púas.

Human Rights Watch ha documentado previamente los impactos negativos de la Operación Lone Star, revelando que, aunque no ha logrado su objetivo declarado de “frenar el tráfico de drogas y personas por los cárteles mexicanos”, ha causado lesiones, muertes, discriminación racial, condiciones de detención abusivas y ha tenido un efecto amedrentador sobre las libertades de asociación y expresión.

La mayor parte del presupuesto solicitado por el Departamento Militar de Texas –2.300 millones de dólares para el bienio 2025-2026— está destinada a financiar las fuerzas desplegadas bajo una declaración de desastre. Desde 2021, el gobernador Greg Abbott ha recurrido a esta declaración  para enviar miles de soldados y agentes a la frontera como parte de la Operación Lone Star.

“Estos incidentes muestran una preocupante indiferencia por el bienestar y los derechos de las personas migrantes”, concluyó Libal. “La legislatura de Texas tiene la responsabilidad de supervisar a sus fuerzas armadas y debería iniciar una investigación sobre el uso de proyectiles de gas pimienta contra personas indefensas”.

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