- Las desigualdades en los resultados de nacimiento y de salud materna entre las personas negras y blancas en el estado de Florida, en Estados Unidos, apuntan a que se necesitan una serie de esfuerzos, que contemplen, también un mayor apoyo para la atención por parte de doulas.
- Las doulas de color están luchando por la justicia reproductiva en un contexto de remuneración deficiente o nula y falta de respeto en los sistemas de hospitales estatales hacia una atención que se brinda tomando en cuenta las creencias, la cultura y las experiencias de sus clientas.
- La legislatura de Florida debería exigir que todas las compañías de seguros privadas cubran la atención por parte de doulas, asignar fondos para que las personas que no tienen seguro puedan acceder a la atención de doulas y apoyar que haya información sobre salud pública que permita un mayor conocimiento de los beneficios.
(Miami) – Las desigualdades profundas en los resultados de nacimiento y salud materna entre personas negras y blancas en el estado de Florida de EE. UU. apuntan a la necesidad de un mayor apoyo para la atención por parte de doulas, señaló Human Rights Watch en un informe publicado hoy.
El informe de 62 páginas, “Witness, Ally, Advocate, Climate Worker: Doula Care for Justice in Maternal Health in Florida” (“Testigos, aliadas, defensoras y trabajadoras climáticas: La atención por parte de doulas promueve la justicia en la salud materna en Florida”), concluyó que el estado proporciona apoyo económico y programático inadecuado para la atención por doulas, incluso en el marco de planes estatales de Medicaid, que son los que utilizan casi la mitad de todas las mujeres que están embarazadas o dan a luz en el estado.
Las doulas, son personal de salud no clínico que brindan apoyo especializado durante el nacimiento y proporcionan información individualizada sobre opciones, derechos y recursos de atención de la salud. Diversas investigaciones académicas y del gobierno de Estados Unidos sugieren que los servicios prestados por doulas pueden ayudar a mejorar la disponibilidad, accesibilidad y calidad de los servicios de atención de la salud para las personas embarazadas. Un análisis realizado en varios países sobre evidencias concluyó que el apoyo continuo del trabajo de parto que brindan las doulas puede reducir los índices de parto por cesárea y mejorar las puntuaciones de Apgar (indicaciones sobre buen estado de salud en neonatos), y también las calificaciones de la experiencia que tienen las mujeres.
“La atención por doulas mejora la salud de las mujeres y otras personas embarazadas, así como de las personas recién nacidas, y brinda un apoyo sumamente necesario a mujeres y niñas, y podría ayudar a abordar las desigualdades”, explicó Skye Wheeler, investigadora sénior de derechos de la mujer de Human Rights Watch. “Sin embargo, las doulas negras y otras de color a menudo tienen que hacer grandes esfuerzos para asegurar la justicia reproductiva con una remuneración magra, incierta o directamente inexistente”.
Human Rights Watch entrevistó a más de 50 expertos, entre ellos doulas, proveedores de atención clínica de la salud materna, administradores de atención de la salud y académicos en el área del sur de la Florida. Las personas entrevistadas indicaron que, aunque los hospitales y otros proveedores clínicos valoran cada vez más la atención por parte de doulas, los sistemas sanitarios no están en condiciones de permitir un acceso equitativo a sus servicios. Pagar con recursos propios la atención de una doula puede costar hasta USD 3.000 durante el transcurso del embarazo de una persona, lo cual generalmente hace que no sea asequible para las mujeres embarazadas de bajos ingresos. Las doulas interesadas en trabajar principalmente o en forma exclusiva con mujeres de bajos ingresos tienen dificultades para que su trabajo resulte sostenible.
“Estamos allí para asegurarnos de que las madres realmente sientan que toman decisiones de manera activa”, señaló Shantai Latoya Young, doula de profesión, a Human Rights Watch.
Esta asistencia podría ser sumamente importante en un sistema sanitario que también puede resultar despersonalizado, motivado por el lucro, difícil de comprender, racista e irrespetuoso.
En Estados Unidos, los resultados de salud materna entre las personas negras son peores que los correspondientes a la salud materna de las personas blancas, lo cual representa un problema grave de salud pública e injusticia sanitaria para el país. En el condado de Miami-Dade, según datos de salud de Florida, en el 13,6% de los nacimientos de mujeres negras se registra bajo peso al nacer, en comparación con el 6,7% en las mujeres blancas, y en el 18,7% de los nacimientos de mujeres negras se produce un parto prematuro (antes de las 37 semanas de gestación), en comparación con el 11,7% entre mujeres blancas. El bajo peso al nacer y el parto prematuro incrementan el riesgo de mortalidad infantil y podrían tener consecuencias para la salud de por vida.
“Las doulas, las parteras y las personas que ejercen su profesión relacionada con el nacimiento en el ámbito de la comunidad brindan atención de carácter holístico centrada en las pacientes y que toma en cuenta sus necesidades, y permite que las pacientes tengan autonomía y el apoyo de sus seres queridos, así como otros recursos que necesitan para tener una experiencia saludable”, manifestó la Dra. Okezi Otovo, profesora de la Universidad Internacional de Florida, quien cuenta con un doctorado en Historia y es especialista dedicada a temas de [maternidad y salud pública]. “[El nacimiento no debería ser] un calvario al cual hay que sobrevivir o que hay que superar, sino formar parte de una vida sana, alegre y satisfactoria”.
En Florida, las compañías de seguros privadas se presentan a licitaciones para la adjudicación de contratos con el fin de administrar el seguro de salud público. Aunque la mayoría de las compañías de seguros privadas que proporcionan cobertura de salud para el embarazo para Medicaid en el sur de Florida están en condiciones de pagar la atención de doulas, la remuneración que perciben las doulas es demasiado baja y el sistema es difícil de usar, tanto para las clínicas como para las doulas individuales. También hay desconocimiento con respecto a los beneficios y la disponibilidad de la atención de doulas entre las personas embarazadas y el personal médico, según concluyó Human Rights Watch.
Human Rights Watch constató que está aumentando el conocimiento de los beneficios que implica la atención por parte de doulas y el respeto por la vocación, sin embargo, debido en parte a que el trabajo es intenso y no está bien remunerado, son muy pocas las doulas que generan ingresos sostenibles a través de ese trabajo.
En términos más generales, en los últimos años la legislatura de Florida ha socavado los derechos de las personas embarazadas a la salud reproductiva y materna al restringir de manera grave la atención del aborto y rechazar los esfuerzos del gobierno federal para ayudar a más personas a que accedan a un seguro de salud.
La no discriminación y la igualdad son partes fundamentales del derecho a la salud protegido internacionalmente, y el derecho internacional reconoce el acceso de las personas a la atención materna, infantil y reproductiva. Los establecimientos, bienes y servicios de salud pública y de atención de la salud deberían estar disponibles, ser asequibles y ofrecerse sin discriminación. Los servicios también deberían ser accesibles y culturalmente aceptables.
Las personas dedicadas a promover la justicia reproductiva, las doulas y sus aliados han ejercido presión sobre otros estados de Estados Unidos para que adopten medidas legislativas que aseguren una remuneración adecuada a través de Medicaid, con resultados exitosos en California, Nueva Jersey, Oregón y Washington, así como en Washington D.C. La legislatura de Florida debería exigir que todas las compañías de seguros privadas cubran este beneficio, y debería asignar fondos para que las personas que no tienen seguro puedan acceder a la atención de doulas y para que haya campañas sobre salud pública que contribuyan a un mayor conocimiento de los beneficios, señaló Human Rights Watch.
“La atención por parte de doulas no es una panacea, pero sí pueden ser un apoyo confiable para ayudar a las personas embarazadas a mantenerse saludables”, apuntó Wheeler. “Los hospitales, las compañías de seguros y las autoridades gubernamentales deben cerciorarse de que las doulas sean accesibles para las mujeres de bajos ingresos que tengan interés en estos servicios y que estas trabajadoras de la salud reciban una remuneración justa y puedan llevar a cabo su trabajo de manera sostenible”.