Este viernes, la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA) elegirá a cuatro de siete miembros para integrar la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), un órgano de derechos humanos trascendental en la región.
Tanto la Comisión como la Asamblea General de la OEA han establecido criterios rigurosos para estos cargos. Se espera que sus miembros sean personas de alta autoridad moral; con reconocida versación en derechos humanos, independencia, imparcialidad y ausencia de conflictos de intereses; y que contribuyan a que la organización tenga una composición equilibrada y representativa.
Es importante que las y los miembros cumplan con estos estándares. La Comisión tiene un papel esencial en la protección y el monitoreo de los derechos humanos, así como en la determinación de nuevos estándares adecuados para América Latina y el Caribe.
El trabajo de la Comisión ha sido de particular importancia para promover los derechos de mujeres y niñas a no ser objeto de ninguna forma de violencia ni de discriminación en base a su género. En el año 2021, la Comisión llevó el caso Cristina Britez Arce y familia vs. Argentina a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, lo que tuvo como consecuencia el reconocimiento por la Corte de la violencia obstétrica —es decir, la violencia sufrida en el contexto del embarazo y el nacimiento— como una violación de derechos humanos. En 2022, la Comisión llevó ante la Corte el Caso Beatriz y otros vs. El Salvador, relativo a la prohibición absoluta del aborto en ese país. Se espera que el caso siente un precedente importante para las Américas.
En una región que se inclina hacia el autoritarismo, es crucial mantener la independencia de los órganos que protegen los derechos humanos de las poblaciones más vulnerables. Por ejemplo, las restricciones a los derechos de las mujeres no afectan solamente a estas, sino que además incrementan el poder arbitrario del gobierno sobre la sociedad en general, lo cual socaba pilares fundamentales de la democracia.
Es por ello que la Asamblea General de la OEA debe cerciorarse de que las personas candidatas se atengan a los estándares más altos para la pertenencia a la Comisión. Los Estados Miembros de la OEA deberían asegurarse de que el próximo grupo de personas comisionadas cuenten con la independencia y las aptitudes necesarias para proteger los derechos humanos de todas las personas en las Américas.